'Un Hombre Sueña Despierto', de Lavie Tidhar

 


UN HOMBRE SUEÑA DESPIERTO

Lavie Tidhar
Traducción de Puerto Barruetabeña Díez

Kailas Editorial
328 páginas




Poco a poco voy dándome el gustazo de leer la obra publicada de Lavie Tidhar. Una de las cosas que más me fascina es que cuando te adentras en una de sus novelas, ya sean cortas o largas, nunca tienes muy claro lo que te vas a encontrar. Ya sea una reinterpretación del mito artúrico como comenté hace unos meses con By Force Alone, unos superhéroes en la segunda guerra mundial como los que veíamos en The Violent Century o un escritor de novelas pulp en una Palestina muy diferente a la que se conoce como en Unholy Land. Y esto sin hablar de Estación Central, una magnífica obra de ciencia ficción también situada en el medio este que, sin embargo, cambia el marco temporal de manera significativa aunque manteniendo algunas de sus señas de identidad.

Muchos de los elementos que he mencionado aparecen frecuentemente en las historias de Tidhar. La segunda guerra mundial, la utilización de personajes ampliamente odiados por el mundo, la influencia de las novelas pulp de distintas maneras etc. Algo que, para quien no conozca especialmente al escritor, puede quedar medianamente explicado en las notas al final de esta novela. En la mayor parte de los casos, además, hablamos de ucronías que alteran la historia tal y como la conocemos, añadiendo múltiples componentes a la mezcla para que resulte una historia casi única.


Wolf era un político influyente en su país de origen, Alemania. Estamos en 1939 y Alemania es gobernada por los comunistas que ganaron las elecciones de 1933. La consecuencia es que Europa no es como lo conocemos y los fascistas, así como miembros de religiones minoritarias, tuvieron que huir del país germano. Un Hombre Sueña Despierto nos lleva a Londres, la misma ciudad en la que reside Tidhar, donde conocemos a Wolf. Él es un investigador privado que en las primeras páginas de la historia recibe un encargo por parte de Isabella Rubinstein, una judía que quiere encontrar a su hermana desaparecida.

Aunque Un Hombre Sueña Despierto pueda considerarse una novela negra, tanto por su trama criminal y detectivesca como por el ambiente que rodea toda la acción y los sucesos, este libro es mucho más que eso. Y es que quien simplemente busque una novela donde un detective tiene que encontrar a una joven y eso provoca una serie de acontecimientos se va a quedar con, probablemente, una tercera parte de todo el contenido de este volumen. Y, por otro lado, si solo nos atenemos a esa parte de la historia, quizá hasta pudiera ser decepcionante.

Llegar a Un Hombre Sueña Despierto teniendo la menor información de los detalles que se van a encontrar me parece fundamental para disfrutar de todo su contenido al cien por cien. El caso encargado a Wolf es simplemente una trama que subyace en una apasionante historia de cómo se relaciona Wolf, un ex-dictador alemán, con la población judía que reside en Londres. La búsqueda de la hermana de Rubinstein lleva a Wolf a codearse con las más altas y bajas esferas de la sociedad londinense, mezclándose con políticos candidatos a elecciones o representantes de ciertos estratos.

Una sociedad que se lee muy real y donde Wolf encontrará a muchos viejos compañeros, algunos amigos, otros enemigos, que no le pondrán las cosas fáciles. En este sentido, Un Hombre Sueña Despierto es una novela llena de escenas muy crudas, donde la violencia y el sexo son instrumentos muy explícitos para conseguir los objetivos que te propongas.

Por si esto fuera poco, la novela se cuenta desde distintos puntos de vista. Por un lado tenemos las entradas de diario del propio Wolf, que en primera persona nos dará su visión sobre lo sucedido. Un narrador no demasiado confiable que se alterna con partes narradas en tercera persona, mucho más objetivas y que suponen un perfecto contrapeso. También leeremos otras misivas que cierto personaje que le va dejando a Wolf a lo largo de la novela. Este es uno de los misterios que se resolverá a lo largo de la historia.

En un imprescindible contrapunto a la historia de Wolf en Londres, Un Hombre Sueña Despierto cuenta con otro narrador ocasional: Shomer. Se trata de un antiguo escritor de novelas pulp judías que se encuentra recluido en el campo de concentración de Auschwitz. Shomer sueña desde su horrible situación una historia protagonizada por el causante de que él haya terminado en este lugar. Un punto de vista que no solo es fundamental para remover la conciencia del lector sino que relativiza las atrocidades que le suceden a Wolf en la trama londinense.

Y con todo esto el final del libro no solo está a la altura sino que cierra perfectamente la historia. Lo que parecía en las primeras páginas una mera investigación criminal termina siendo todo un tratado sobre el holocausto, las motivaciones de ciertos personajes históricos (quizá sea obvio pero, aun así, he intentado evitar mencionar quién es Wolf en realidad dado que es una de las magias de la lectura) y cómo muchas de las situaciones y conversaciones que se van sucediendo son extrapolables a día de hoy, tanto en lo social como lo político o lo económico. Es increíble como Un Hombre Sueña Despierto condensa en poco más de trescientas páginas una ucronía con tantas aristas y que suene tan real como aterrador. 


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