Scribner UK
416 páginas
416 páginas
Según iba leyendo este libro estaba más y más convencido que este no es un
libro para todo el mundo. Y no es porque The
End of the Ocean sea raro, extraño, ambiguo o especialmente difícil de
leer. Al contrario, es bastante claro y sencillo. Sin embargo, se trata de una
historia con la que no es emocionalmente sencillo enganchar y cuya narrativa
deja mucho abierto para el punto de vista de cada lector el cual, según su
bagaje o preocupaciones personales del momento, puede encontrar una u otra
trama más interesante o descubrir detalles que otros podrían pasar por alto.
The End of the Ocean alterna dos líneas temporales separadas
por prácticamente una generación. La primera se sitúa en el momento de la
publicación original en noruego del libro, 2017. Signe es una periodista y activista
medioambiental que regresa a su pueblo natal en Noruega para descubrir cómo se
ha transformado desde aquella idílica localidad que ella conoció de pequeña. El
glaciar que dominaba el área está prácticamente desaparecido y una de las
causas es Magnus, quien fuera novio de Signe cuando ambos eran jóvenes. Magnus es
un empresario que extrae hielo del glaciar para enviarlo a Arabia Saudí donde
los millonarios jeques pagan auténticas fortunas por ello. Signe se embarca en
un viaje por mar para llegar a la ciudad francesa donde Magnus reside en la
actualidad.
Esta línea temporal se alterna con otra situada en 2041. En ella conocemos
a David, quien cuida de su hija de seis años mientras intenta encontrar a su
mujer y su otro hijo, desaparecidos cuando los sucesos derivados del cambio en
el clima en su ciudad natal se desataron. Su esperanza es encontrarse en uno de
los múltiples campamentos de refugiados climáticos que pueblan el país francés.
La población intenta huir hacia el norte a países donde el agua es un bien
habitual y donde es frecuente ver la lluvia. Algo ya extraño en regiones tan al
sur de Europa, ya no hablemos de España a la que se hace referencia en algunas
ocasiones gracias a los refugiados que huyen también hacia latitudes más altas.
En uno de sus recorridos, David y Lou encontraran un pequeña embarcación
abandonada en el curso de lo que antaño fue un río.
Maja Lunde, autora de Historia de las
Abejas (Siruela, 2016) retoma en esta novela el ciclo de historias
dedicadas a cambios climáticos que comenzó hace unos años hablándonos de la
importancia de las abejas en nuestras vidas. En The End of the Ocean la importancia recae, como veis en la portada,
en el agua y como la desigualdad en el acceso a un bien tan común puede
convertir nuestras apacibles vidas en una carrera por lograr una gota del
mismo. En cualquier caso, cabe añadir que ambas novelas son de lectura
completamente independiente.
The End of the Ocean no es una novela especialmente
esperanzadora. El futuro que novelas como esta o la recientemente publicada Bridge 108 de la ganadora del Arthur C.
Clarke Anne Charnock son ejemplos de la visión ya pesimista que tenemos sobre
el cambio climático, en especial la falta de agua y sus efectos en las vidas de
los habitantes del sur de Europa, los primeros afectados desde un punto de vista europeo.
Además de la desazón, Lunde opta por presentarnos dos relatos que carecen
de una emoción narrativa propiamente dichas, sin grandes picos dramáticos. Para
ello se pone a hombros de tres generaciones distintas: la señora en su último
tramo de la vida, el hombre que nació en nuestra generación actual así como su
hija, que no conoce otro mundo. Las historias de todos ellos son historias
contadas desde la frialdad nórdica y la resignación de no poder hacer nada por
evitar ese futuro que se nos dibuja, simplemente convivir con ello y superarlo.
El capitalismo sobre cualquier recurso natural básico de nuestro planeta nos
aboca a una huida no ya a desistir una vida mejor sino a intentar tener una
vida propiamente dicha. Y eso está a la vuelta de la esquina.
The End of the Ocean es una lectura pausada que lleva a la
reflexión posterior. No es, al mismo tiempo, una lectura para todos los gustos
debido a su frialdad y su ritmo pausado. Mejor acercarse a ella cuando te
encuentres en un buen momento emocional. A mí, personalmente, me ha resultado
una lectura muy agradable y que he devorado en muy poco tiempo. Ahora me ha
quedado la curiosidad de leer la anterior novela del ciclo.
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