ANIMALES DE PELUCHE
Ángela Pinaud
Apache Libros
282 páginas
Tras la buena experiencia con Endémico, no tarde en hacerme con una
copia de la nueva novela de Angela Pinaud. Con respecto a aquella, Animales
de Peluche se estructura de manera distinta y, además, enfoca parte de su
relato en géneros alejados del propio terror que caracterizaba su anterior
trabajo. Lo que no quiere decir que lo haya dejado de lado, ni mucho menos.
La protagonista de Animales de Peluche es Amanda Ahijado, una
excelente ingeniera al frente de un proyecto tecnológico de aparente gran
importancia. A lo largo de esta línea temporal vemos cómo es la relación entre
la propia Amanda y el resto de sus colegas. Sin embargo, enseguida se desvela el
detalle de este proyecto es el que todos ellos se encuentran trabajando. Y es
que lo que esconde ese moderno edificio en medio de un bosque de una zona
indefinida de España es una tecnología que, en caso de funcionar, cambiaria
muchos de los pilares básicos del comportamiento humano.
Durante buena parte de esta línea temporal la novela es un techno-thriller
donde Amanda y el resto de los colegas se encuentran en una carrera por
conseguir lograr que la tecnología que están depurando termine por funcionar.
Una tecnología y un lugar donde suceden los eventos que me traían continuamente
a la cabeza la reciente serie de televisión Devs, donde unos ingenieros
de primera línea intentaban lograr una tecnología que les permitirá ver sucesos
pasados. La ciencia detrás de Animales de Peluche no es esa exactamente,
y no quiero desvelarla por evitar spoilers, pero el trasfondo ético está
íntimamente relacionado.
Con el paso de las páginas veremos como la interacción entre ellos empieza
a dejar pistas de que algo no se nos está contando. Al menos nuestra extrañeza
como lectores es parecida a la que empieza a sufrir Amanda. Ciertos sucesos de
su pasado se empiezan a activar ante ciertas circunstancias y tanto su
estabilidad emocional como la profesional se empiezan a tambalear. Estos flashes
y vaivenes con su pasado se muestran de la mano de efectivas escenas que traumatizan
a la protagonista.
Esta desestabilización viene dada por lo que la sucedió cuando aún era una
niña. La segunda línea temporal nos lleva al pasado de Amanda y su infancia y
adolescencia como parte de unas barracas de feriantes sin un lugar de
residencia fijo. Su hermano Victor falleció cuando apenas eran unos chavales más
preocupados por jugar entre ferias que por cualquier otra cosa. En una de las
barracas de la compañía en la que viajan se esconden ciertos secretos que se
irán desvelando en mayor o medida al ritmo que la Amanda del presente los va
recuperando.
En su segunda mitad la novela se orienta más al género del terror, en
concreto el psicológico. Pinaud no necesita de escenas especialmente rápidas ni
de sustos propiamente dichos para generar alguna que otra escena dantesca que
forma la psique de la protagonista. Es esa sensación de que algo gordo va a
pasar lo que anima enormemente la lectura.
En su contra, sin duda, se encuentra el final de la historia. Al menos para
mi gusto. Las ultimas treinta paginas donde se resuelve la tensión del libro no
me han resultado convincentes. Demasiados componentes aparecidos por sorpresa
de una manera demasiado casual que, sin embargo, atan buena parte de la
historia. Me encantaría poder decir algo más, pero creo que entraría en un
terreno peligroso en cuanto a desvelar más de lo que debo.
Animales de Peluche es una novela que se lee en un suspiro, como
pasaba con Endémico. Contiene los suficientes ingredientes de thriller,
terror y suspense como para tenerte pegado a sus páginas. Recomendable para
pasar un par de tardes sin despegar los ojos de estas. En mi caso durante el
fin de semana en el que me la devoré por completo.
282 páginas
Tras la buena experiencia con Endémico, no tarde en hacerme con una
copia de la nueva novela de Angela Pinaud. Con respecto a aquella, Animales
de Peluche se estructura de manera distinta y, además, enfoca parte de su
relato en géneros alejados del propio terror que caracterizaba su anterior
trabajo. Lo que no quiere decir que lo haya dejado de lado, ni mucho menos.
La protagonista de Animales de Peluche es Amanda Ahijado, una
excelente ingeniera al frente de un proyecto tecnológico de aparente gran
importancia. A lo largo de esta línea temporal vemos cómo es la relación entre
la propia Amanda y el resto de sus colegas. Sin embargo, enseguida se desvela el
detalle de este proyecto es el que todos ellos se encuentran trabajando. Y es
que lo que esconde ese moderno edificio en medio de un bosque de una zona
indefinida de España es una tecnología que, en caso de funcionar, cambiaria
muchos de los pilares básicos del comportamiento humano.
Con el paso de las páginas veremos como la interacción entre ellos empieza
a dejar pistas de que algo no se nos está contando. Al menos nuestra extrañeza
como lectores es parecida a la que empieza a sufrir Amanda. Ciertos sucesos de
su pasado se empiezan a activar ante ciertas circunstancias y tanto su
estabilidad emocional como la profesional se empiezan a tambalear. Estos flashes
y vaivenes con su pasado se muestran de la mano de efectivas escenas que traumatizan
a la protagonista.
Esta desestabilización viene dada por lo que la sucedió cuando aún era una
niña. La segunda línea temporal nos lleva al pasado de Amanda y su infancia y
adolescencia como parte de unas barracas de feriantes sin un lugar de
residencia fijo. Su hermano Victor falleció cuando apenas eran unos chavales más
preocupados por jugar entre ferias que por cualquier otra cosa. En una de las
barracas de la compañía en la que viajan se esconden ciertos secretos que se
irán desvelando en mayor o medida al ritmo que la Amanda del presente los va
recuperando.
En su contra, sin duda, se encuentra el final de la historia. Al menos para
mi gusto. Las ultimas treinta paginas donde se resuelve la tensión del libro no
me han resultado convincentes. Demasiados componentes aparecidos por sorpresa
de una manera demasiado casual que, sin embargo, atan buena parte de la
historia. Me encantaría poder decir algo más, pero creo que entraría en un
terreno peligroso en cuanto a desvelar más de lo que debo.
Animales de Peluche es una novela que se lee en un suspiro, como
pasaba con Endémico. Contiene los suficientes ingredientes de thriller,
terror y suspense como para tenerte pegado a sus páginas. Recomendable para
pasar un par de tardes sin despegar los ojos de estas. En mi caso durante el
fin de semana en el que me la devoré por completo.
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