EL DIABLO DEL MAR OSCURO
576 páginas
*Esta reseña se ha escrito a partir de la versión inglesa de la novela. Es posible que algunos términos o nombres no concuerden con los de la traducción al castellano.*
Pocos libros he recomendado tanto estos últimos años como Las Siete Muertes de Evelyn Hardcastle (Ático,
2018). Su mezcla de novela de misterio clásica, heredera de Agatha Christie,
con cierto componente de ciencia ficción otorgaba a la primera obra de Stuart
Turton las cualidades idóneas para considerarla una extraordinaria primera
novela. Su enrevesada solución forma parte de la magia de una historia que
tanto a nivel nacional como internacional ha sido todo un éxito, con cientos de
miles de copias vendidas en inglés.
Tras ese rotundo éxito y mirando hacia la segunda novela, la pelota pasaba
a estar en el tejado de Turton. ¿Repetir la fórmula? ¿Hacer algo completamente
nuevo asumiendo el riesgo que ello conlleva? En cierta manera el autor
británico ha optado por las dos opciones al mismo tiempo.
El Diablo en el Mar Oscuro nos traslada en esta ocasión a 1634. Sammy
Pipps es un conocido detective que, sin embargo, también tiene un lado
problemático que lo ha llevado a terminar encerrado en una celda del Saardam, el barco que lo transporta a
Amsterdam. Allí está previsto que sea sentenciado a muerte por un crimen que nosotros
como lectores no conocemos. Su amigo, Arent Hayes, tampoco lo conoce. Sin
embargo, Arent lleva tiempo siendo su compañero de investigaciones y, al mismo
tiempo, una especie de guardaespaldas gracias a sus dimensiones y habilidades
físicas. Arent cree firmemente que Pipps es inocente y se enrola en el mismo
barco para intentar lograr demostrar su inocencia de alguna manera. No estará
solo. Junto a ellos, un amplio número de protagonistas que tendrán que unirse
frente a un enemigo común.
Hasta aquí, la sinopsis de la novela. Sin embargo, asumo que la mayoría de
las personas que se van a acercar a El
Diablo en el Mar Oscuro van a ser lectores/as que vienen buscando “algo
como Las Siete Muertes de Evelyn
Hardcastle”. Por ello, de aquí en adelante me voy a centrar en qué
similitudes y diferencias se pueden encontrar entre ambas historias.
Empiezo con la estructura de la novela. Atrás quedan los siete días que una
y otra vez repetiríamos desde distintos puntos de vista. El Diablo en el Mar Oscuro es, en ese sentido, una novela lineal y más clásica. Empezamos con todos los protagonistas subiendo al Saardam, que los transportara hasta Ámsterdam desde el puerto de
Batavia donde están embarcando. Y finaliza… bueno, finaliza. En algún momento
posterior pero cualquier pista reventaría parte de la historia.
Menciono a los protagonistas porque una cosa en común con su primera novela
es la aparición de un numeroso grupo de personajes, todos muy diferentes en
origen, posición social y ambiciones. Manteniendo la línea de las novelas de misterio, la primera página del libro contiene un resumen de
personajes y roles dentro del barco que será de gran utilidad durante el primer
centenar de páginas. El Diablo en el Mar
Oscuro salta de uno a otro continuamente. Turton mueve la acción de manera rápida
y te atrapa en una sucesión de acciones sobre las que no quitar ojo. Cada
personaje tendrá sus motivos por los que está en el barco y descubrir esto es
otra de las grandes motivaciones del libro.
Desde el primer capítulo, de apenas un puñado de páginas, vemos cómo
nuevamente todos esos actos, diálogos y detalles que apenas forman parte de la
descripción de lo que está sucediendo serán claves en algún momento posterior. Las
piezas del puzle se empiezan a poner sobre la mesa desde el mismo inicio. He
tenido la sensación, sin embargo, de que las claves de El Diablo en el Mar Oscuro son más sencillas de seguir una vez te
familiarizas con los nombres de los múltiples protagonistas. Lo cual hace que
como lector te puedas centrar en otros aspectos de los personajes que, a la
larga, pueden resultar igual de importantes.
Otro detalle común con Las Siete
Muertes de Evelyn Hardcastle la encontramos en el hecho de que buena parte
de la acción de la novela se sitúe en un único lugar. Si en su primera novela
estábamos en una enorme mansión victoriana y los terrenos que la rodeaban, de
donde los personajes apenas podían salir, aquí nos subimos a un barco de la
época, con su tripulación y esclavos remadores. La acción se balancea al ritmo
de las aguas que agitan el Saardam y,
aunque no haya un mapa, enseguida localizaremos buena parte de los sitios clave
por donde los personajes se moverán. Por cierto que los distintos estratos
sociales de los personajes de la novela permite a Turton hablar sobre
colonialismo y esclavitud en pequeñas píldoras que salpican el texto aquí y
allá.
Sobre el componente ciencia ficción o fantástico. Si habéis llegado hasta
aquí es porque tenéis curiosidad. Al final, este no deja de ser un blog de
género fantástico y la referencia a El
Día de la Marmota, clave para que muchos lectores del género terminaran por
acercarse a Las Siete Muertes de Evelyn
Hardcastle, hace que más de uno y una llegue a este libro buscando algo
similar.
Un pequeño detalle que no he mencionado hasta este momento es que el
barco donde va a suceder el misterio de la novela esta maldito. Esto no es
ningún spoiler porque en las primeras
veinte paginas ya queda claro que el Saardam
no está libre de espíritus y fantasmas y su travesía se complicará de un
momento a otro. El mismo demonio está buscando nuevas víctimas y Pipps, Arent
así como todo el resto de pasajeros y tripulación de la embarcación son objeto
de deseo de lo sobrenatural. ¿O no? Este es el componente fantástico de la
novela. Menos evidente que en su primera obra pero con consecuencias no
especialmente positivas para los que lo sufran en sus propias carnes.
Volviendo a los personajes, a estas alturas ya habréis visto que Turton ha
decidido homenajear en este caso a Sherlock Holmes y Watson con esta peculiar pareja
detectivesca. El primero, Pipps, encerrado en una celda del navío. El segundo,
Arent, recopilando pistas sobre la maldición que pesa sobre el barco. Pipps
normalmente se llevaba la gloria en los casos que hasta ahora habían resuelto
juntos. Sin embargo, en El Diablo en el
Mar Oscuro Arent tendrá que enfrentarse por su cuenta al demonio que habita
entre las maderas de la embarcación. Bueno, no del todo por su cuenta dado que
pronto contará con cierta ayuda que, quizá, perdure en el tiempo.
Al contrario que en Las Siete Muertes
de Evelyn Hardcastle, el misterio que envuelve El Diablo en el Mar Oscuro se ira desvelando poco a poco. Capitulo
a capitulo. En cierta manera se podría decir que hay una parte intermedia de la
novela donde la acción se ralentiza lo que provoca que la resolución de la historia
se termine yendo por encima de las quinientas páginas, como pasaba en la
primera novela. Con un poco de tijera se podría haber reducido ligeramente con
un resultado igualmente satisfactorio.
El Diablo en el Mar Oscuro es, seguramente, mejor novela de misterio
que Las Siete Muertes de Evelyn
Hardcastle. Sin embargo, el cambio de escenario, estructura y componentes
sobre los que se arma la historia hace que la comparativa sea difícil de llevar
a cabo. El Diablo en el Mar Oscuro es
una novela tan independiente como diferente de su predecesora. El componente de
ciencia ficción es mucho menos influyente que en aquella, pero la solución del
enigma está más cuadrada y la resolución hace honor a los clásicos del misterio
que tanto menciona el autor como influencias.
El que guste más una u otra va a depender mucho de las expectativas e interés del lector. En cualquier caso, si queréis acabar atrapados durante unas cuantas horas en un misterio en alta mar, adentraros en El Diablo en el Mar Oscuro.
Pues si ya tenía ganas, con como has desgranado las similitudes y a la vez, las diferencias, me queda claro que me va a suponer otro entretenimiento misterioso de primera categoría :)
ResponderEliminar¡Espero que te guste! :)
EliminarEsta reseña me deja los dientes muy largos. No me gustó mucho Siete muertes pero creo que ésta me gustará.
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