Titan Books
320 páginas
320 páginas
Situada en una Inglaterra Victoriana recién comenzado el siglo XXI, The Golden Key nos presenta la historia
de Helena Walton-Cisneros, una médium que además es una detective que intentara
resolver el misterio tras la desaparición, hace veinte años, de las tres
hijastras de Lady Matthews. En la investigación aparece un nombre, Samuel
Moncrieff, quien inicialmente no parece tener nada que ver con dicho suceso
pero que, poco a poco, ira aclarando su implicación.
Helena se moverá entre Londres y los pantanos de Norfolk donde tuvo lugar
la desaparición, en el noreste de Inglaterra, para intentar aclarar el
misterio. En plena era victoriana, el interés en el espiritualismo y lo
sobrenatural es creciente, y ser una mujer investigando una desaparición
conllevara innumerables problemas a la protagonista de la novela.
Principalmente el de la aceptación por parte de la sociedad de que una mujer
podría resolver un caso como este sin ayuda del más allá.
La escritora Marian Womack publica en estos días su primera novela en
inglés. En España conocemos a Marian no solo por su faceta como escritora sino
que probablemente sea aún más conocida por haber sacado adelante durante un
buen puñado de años la editorial Nevsky que trajo a España innumerables obras
de origen ruso (Anna Starobinets es un buen ejemplo) además de otras
nacionalidades como, por ejemplo Nina Allan, Karin Tidbeck o Lisa Tuttle, entre
otras muchas. En 2018 vio la luz en ingles su colección de relatos Lost Objects (Luna Press, 2018) la cual
fue nominada a diversos premios británicos del género fantástico. The Golden Key no viene sola dado que
también hay anunciada una nueva novela por parte de Womack para 2021 bajo el
nombre de The Swimmers.
Lo cierto es que aunque tenía muchas ganas de leer la novela por su
ambientación gótica y mágica, el resto de elementos de la obra no me han
terminado de convencer. Lo mejor, sin duda, es la ambientación de la obra y
como captura la vida en la Inglaterra de la época. Otro de los aspectos que más
me ha gustado de esta lectura ha sido como caracteriza al personaje principal,
Helena Walton-Cisneros, y como se imbuye en una Inglaterra victoriana difícil
para ella como mujer. En este sentido, tanto en la primera mitad más centrada
en el aspecto espiritualista y su faceta como médium así como en la segunda
mitad donde predomina la investigación de la desaparición y el descubrimiento
del misterio, Helena es un personaje reconocible y que tira de alguna manera
del argumento de la novela.
Sin embargo, la estructura de la novela me ha resultado confusa, con varias
líneas narrativas de las que la mayoría de ellas no terminan por concretarse. The Golden Key son las dos partes que
comentaba anteriormente con otros ratos donde se incluyen tramas con escasa
repercusión en la novela. Es como si el libro empezara de una manera, terminara
de una que apenas tiene que ver y entre medias la conexión se ha perdido
quitándole parte del sentido.
La novela, por cierto, es un homenaje directo a George MacDonald, escritor
y poeta del siglo XIX, influyente en numerosos escritores británicos, que
escribió una novela fantástica del mismo título que la obra de Marian Womack.
Las referencias no terminan ahí ya que incluso un personaje del mismo nombre aparecerá
durante el desarrollo de la novela.
En definitiva, The Golden Key es
una novela de altibajos que cuenta con algunos puntos positivos pero unos
problemas narrativos que hicieron mi lectura algo pesada por momentos salvo por
el tirón de la protagonista, Helena Walton-Cisneros. En cualquier caso se trata
de una novela rápida de leer, con poco más de trescientas páginas y una
ambientación interesante y conseguida que hacen que mantenga en el radar las
próximas obras de Marian Womack.
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