Una de las revelaciones de estos últimos años, no solo en el mercado
español sino también en el original inglés, ha sido la publicación de ‘Las
Siete Muertes de Evelyn Hardcastle’ (El Ático de los Libros, 2018). Se trata de
la primera (sí, la primera) novela del periodista británico STUART TURTON,
quien ha conseguido vender centenares de miles de ejemplares a lo largo y ancho
del mundo con esta obra.
A raíz de esto, y con el anuncio de su segunda novela para este mismo 2020,
tuve la oportunidad de sentarme junto a él en un pub de la localidad donde
reside actualmente. Se trata de una entrevista larga, llena de detalle, donde
Turton habla sin tapujos de todo el proceso de elaboración, publicación,
promoción, etc. de la novela.
Esta entrevista se publicó originalmente en el octavo episodio del podcast
Tryperion que podéis escuchar en iVoox, Spotify y Lektu. Espero que os guste.
‘Las Siete Muertes de Evelyn
Hardcastle’ es sorprendentemente tu primera novela. Leyendo tu biografía en
GoodReads, dices que no sabes cómo escribir una biografía por lo que optare por
la vía sencilla. ¿Quién es Stuart Turton y cómo llegaste a ser escritor?
Claro. Stuart Turton es un idiota. Ese es el inicio. Toda mi vida me he ido
aburriendo de algunas cosas y me he ido moviendo hacia otras. Y normalmente han
sido grandes cambios como cambiarse de país. He tenido una vida algo bizarra en
ese sentido. He hecho muchas cosas en mi vida: he trabajado en Australia
recogiendo fruta, en librerías, limpiando baños en un aeropuerto privado, he
escrito para periódicos en Sudamérica, he sido profesor en China, etc. Me
aburro de las cosas y busco otras completamente nuevas.
Lo único consistente durante todo este tiempo es que quería escribir una
novela al estilo de las obras de misterio de Agatha Christie desde que tenía
ocho años. Mi vecina compraba esos libros y luego me los dejaba los sábados, me
los leía durante la semana y a la semana siguiente me traía un nuevo taco de
libros y así todo el año. Y los libros de Agatha Christie eran los que más me
gustaban, los adoraba. Siempre quería leer más y más libros como esos.
Me gustan porque son totalmente satisfactorios: una vez los abres sabes que
habrá un misterio con una solución inteligente al mismo y tu visión del libro
va a depender de que el misterio se resuelva de la manera más satisfactoria
posible. Quería hacer eso en mi novela, pero no tenía ni idea de cómo llevarlo
a cabo. Aunque hacía todas las cosas que comentaba antes, en mi cabeza siempre
estaba sentarme algún día y escribir un libro de este tipo.
Y esto nos devuelve al principio, porque solo un idiota se plantea sentarse
a escribir un libro como los de Agatha Christie. Ya es lo suficientemente
difícil escribir un libro intentado ser fiel a su estilo: necesitas los
personajes, el lugar, el misterio que sea satisfactorio, tener una trama inteligente
que enganche al lector. Todo ello es sumamente difícil. Y todo esto superpuesto
con el resto de géneros dentro del libro lo hace un libro sumamente difícil de
escribir, pero era la única manera en la que pensé que podía escribir este
libro y hacerlo interesante para mí y el resto de personas que lo leyese.
Es sorprendente ver que ‘Las Siete
Muertes de Evelyn Hardcastle’ sea tu primera novela, dada la complejidad de la
obra y el resultado conseguido. ¿Es esta tu primera novela de verdad?
Bueno, hubo una medio novela escrita en mi escritorio, como lo pasa a todo
el mundo. En realidad empecé a escribir ‘Las Siete Muertes de Evelyn
Hardcastle’ cuando tenía 21 años y ahora tengo 38, para ponerte en contexto.
Cuando escribí la primera versión con 21 años era una basura, era realmente
mala y lo abandone. En aquel momento no era una novela con más elementos que
los propios del misterio a lo Agatha Christie, nada de ciencia ficción por
ejemplo.
Lo deje de lado y escribí otra obra, nada que ver. Pero, de nuevo, no me
resultaba interesante lo que escribía. Si vas a escribir una novela delante de
tu ordenador y tratarlo como si fuera un trabajo a tiempo completo, tienes que
ponerte a escribir a las cinco de la mañana hasta las ocho de la tarde, y tiene
que ser algo realmente especial. Y debido a que no terminaba de gustarme lo que
escribía, lo volví a dejar de lado también durante seis o siete meses.
Esto fue lo que intente porque en realidad a partir de ahí mi trabajo se ha
centrado en el periodismo y eso es lo que he escrito. Deje aquellas novelas de
lado cuando tenía 22 y me convertí en periodista y siempre me han exigido hacer
mi trabajo cada vez mejor, con editores y otros escritores que revisaban mis
textos. Gente que sabe sobre cómo estructurar tus ideas y cómo crear ritmo.
Ellos me aconsejaron que autoeditara mis propios trabajos por lo que cuando me
puse a escribir de nuevo ‘Las Siete Muertes de Evelyn Hardcastle’ tenía 35
años, pero en ese momento tenía todas las habilidades que necesitaba para poder
hacerlo.
Por eso funcionó con esa experiencia y no por escribir y re-escribir
aquella novela de cuando tenía 21 años.
Muchas
veces has mencionado a Agatha Christie como una de tus grandes influencias, no
solo en tu vida profesional sino en lo personal. Que es más fuerte ¿el deseo de
escribir algo como ella o el deseo de marcar cierta diferencia con su estilo?
Sin duda era el deseo de escribir algo como lo que ella hacía. Todo mi
objetivo era escribir una novela de misterio como las de Agatha Christie, de
inicio a fin. Esa fue la idea inicial.
El resto de elementos que vino después porque no podía escribir un libro de
su estilo sin a) copiar su escritura y b) sin hacerlo mucho mucho peor de lo
que ella lo hacía. No había nada que pudiera escribir que mereciera ser
comparado con lo que ella hacía. Por lo que tuve que buscar algo que lo hiciera
diferente, pero, a la vez, merecedor de estar en la misma balda de la librería.
Y así es como acabe metiendo el resto de elementos que aparecen en la novela.
Volviendo al punto que comentabas sobre la influencia en mi vida personal,
esto es fascinante porque he pensado bastante sobre ello. Si no hubiera leído
esos libros cuando tenía ocho años no creo que hubiera querido escribir. Fueron
la razón para escribir. A su vez, querer escribir me llevó a convertirme en
periodista. Por lo que aquella relación con mi vecina ha marcado toda mi vida.
Si ella me hubiera dejado un libro que no me hubiera interesado, algo tipo
Salman Rushdie que no me hubiera gustado. O si, y ahora estaríamos hablando de
su influencia en mí.
Creo que aquella acción por parte de mi vecina es lo que me ha hecho ser
como soy y que estemos teniendo esta conversación ahora mismo.
Aparte de Agatha Christie, ¿qué
otros tipo de libros leías que te hayan influenciado?
Desde un punto de vista literario en ‘Las Siete Muertes de Evelyn
Hardcastle’ hay ocho personajes principales. Y en cada uno de ellos he
intentado que haya reminiscencias de otros legendarios y conocidos detectives
literarios.
Y luego mucho del gótico como género. Quería que la casa de la novela
tuviera personalidad propia, fuera siniestra, que fuera el enemigo real. Uso
diversas técnicas del gótico para hacerla sentir como un personaje, sentirla
peligrosa. Eso fue una influencia muy grande también.
Hemos hablado de detectives,
misterios e incluso géneros góticos, pero en ‘Las Siete Muertes de Evelyn
Hardcastle’ también hay un componente de ciencia ficción que le da un toque
especial. ¿Tuviste miedo de que esto hiciera que la novela se colocara en la
balda de ciencia ficción en las tiendas, en vez de la de crimen y misterio?
Tuve una conversación muy interesante al respecto. No sé si estas
familiarizado con el proceso de publicación en Reino Unido. El viaje comienza
cuando escribes la novela, se la mandas a un agente y escoge si quiere
representarte o no. Después el agente se la presenta a una editorial.
Cuando llegas a la fase del agente en el Reino Unido hay cientos de agentes
debido al gran tamaño del mercado en este país. En ese punto hubo cinco que
querían echar un ojo a la novela. No representarme ni nada, simplemente echar
un vistazo a la obra. Pero no treinta páginas, simplemente cinco. En este
momento ellos lo denominaron high concept
crime (crimen de alto nivel), como lo llamaron ellos y estaba en un momento
en que nadie lo buscaba. Ellos buscaban un thriller psicológico, el siguiente
‘La Chica del Tren’ o ‘La Mujer en la Ventana’.
Estos cinco agentes dijeron que mi novela no encajaba en lo que buscaban.
Pero aun así les envié las primeras treinta páginas. Tres de ellos me dijeron
que no estaban interesados. Dos de ellos quisieron leer el manuscrito completo
y me reuní con ellos.
La primera con la que me reuní me preguntó si consideraría la novela una
obra de ciencia ficción o de misterio. Me dijo que tendríamos que escoger uno
para poder colocarlo en las librerías. Y si quería que fuese una obra de
ciencia ficción tendría que meter más elementos de ellos, mientras que si
quería que fuese una novela de misterio tendría que incluir más elementos
dejando de lado algunos de la ciencia ficción. Y el libro era como era por lo
que le dije que no pensaba que eso fuese a funcionar. Le di las gracias y ahí
se acabó.
Entonces conocí a mi actual agente, Harry, quien pilló completamente de qué
iba la novela. Entendió el balance entre géneros y quiso representarme tal y
como era la novela.
Volviendo a la pregunta inicial, veo la novela tal y como es. Para mi es
una novela de misterio con el estilo de Agatha Christie. Los elementos de
ciencia ficción y fantasía están ahí porque le dan más nivel y la hacen ser
algo nuevo. Tengo dudas sobre si hubiera sido publicado sin esos elementos. Y
quizá esa sea la razón por la que esos elementos no son explicados en
profundidad, simplemente forman parte del entorno sin entrar en detalle. Si lo
hubiera hecho, entonces hubiera escrito una novela de ciencia ficción.
Y la verdad es que cuando lo venden al mercado o a las editoriales
españolas, rusas o italianas, venden una novela a lo Agatha Christie mezclado
con una casa de campo y los giros de ‘El Día de la Marmota’, además de todo lo
quieras añadir. Hay quien dice que parece un episodio de Black Mirror o la
serie ‘A través del tiempo’, donde se movían entre cuerpos. Y todo esto hace
que la gente se interese por el concepto, porque si dijera que solo es una
novela como las de Agatha Christie y nada más, quizá no habría el mismo
interés.
‘Las Siete Muertes de Evelyn
Hardcastle’ se sitúa en un área delimitada de donde los personajes no pueden
salir. ¿Fue esta una decisión intencionada desde el principio?
Hay dos razones para ello. La primera es que es increíblemente prosaico y otra
más de estilo.
La primera es que quería darles a los personajes un desafío de tener que
resolver el misterio. Lo mismo con el lector. Esto es muy difícil si tus
personajes pueden abandonar la escena en cualquier momento y marcharse de
vacaciones a Southampton. Si ellos pudiesen marcharse de la escena del crimen
tendría que inventarme algún motivo por el que no pudiesen hacerlo. En estos
misterios, como hacia Agatha Christie, si sitúas a los personajes en un lugar
aislado del que no pueden escapar es más fácil que se hagan preguntas, que
puedan escuchar una conversación, etc.
Si el libro se hubiera situado a lo largo de Inglaterra mientras que el
asesinato hubiera sucedido en la casa hubiera sido imposible que mis personajes
hubieran resuelto el crimen sin usar técnicas modernas. Eso hubiera significado
un libro completamente diferente al que estaba escribiendo.
En cuanto al estilo, en cuanto tienes una casa que es un personaje en sí
mismo, puedes añadirle el resto de escenario que necesites. En este caso la
casa también tiene un cementerio, un lago, una caseta para las barcas. Y cada
una de estas localizaciones es un personaje en sí mismo. Cada una de ellas
representa algo diferente dentro de la novela. Con esto consigues cosas
interesantes. Cuando mueves la acción de la casa al lago, el lector puede
pensar que la estas llevando a un lugar donde nada puede pasar, un lugar
idílico. Pero con el cementerio puedes casi cambiar de género dentro del mismo
libro.
No podría haber conseguido este efecto si en vez de ir al cementerio de la
casa se hubieran cogido un tren y se hubieran vuelto para casa. Por lo que
meter los personajes en un lugar aislado como este me funciona a ambos niveles.
Y a la vez es uno de los tropos del género, es algo que Agatha Christie hacia
siempre en sus libros, algo que en la edad dorada de las novelas de misterio se
hacía a menudo. Si quieres escribir una novela de este tipo y que tenga esa
tradición, creo que tienes que tomar algunos de esos tropos prestados. Y eso es lo que hice.
El planning para esta novela tuvo
que ser increiblemente difícil. Los personajes se mueven de un cuerpo a otro,
los días no transcurren linealmente sino que a veces vamos del día 3 al día 2,
etc. ¿Cómo conseguiste planear todo esto? ¿Utilizaste algún tipo de tablero, Wikipedia,
post-it, etc.?
Empecé con el asesinato. El asesinato era la parte más complicada de toda
la trama. Porque, visto de manera lógica, tengo en realidad un detective capaz
de viajar en el tiempo. Un detective que viaja en el tiempo que quiere resolver
un crimen. Todo lo que tendría que hacer es seguir a la víctima durante todo el
día y ver al final del día quien acaba con ella, de la manera que sea.
Sabiendo esto, tenía que dar con un crimen que un detective que viaje en el
tiempo no pudiera resolver fácilmente. Toda la clave del libro es que los
personajes no ven cometerse el crimen. Esa era la opción inteligente.
El equilibro en ese momento es conseguir que el crimen parezca realista.
Que no parezca que alguien lo ha preparado para evitar que un detective que
viaja en el tiempo pueda resolverlo. En este mundo no existen los detectives
que viajen en el tiempo. Ese fue el nudo, el problema de la novela. Y me llego
semanas conseguirlo. En el primer borrador del asesinato lo había enrevesado
demasiado haciendo que pareciera una secuencia de acontecimientos que no tenía
sentido. Quería un crimen que sonara factible y que encajara en el mundo que
estaba creando.
Una vez tuviera eso podía empezar a trabajar en cuáles serían las pistas
que llevarían a alguien a resolverlo. Una vez tienes las pistas tienes que
decidir quién tendría cada una de ellas y que llevaría a cada persona a poder
dar con ella. Y, de esta manera, empecé a dar forma a los personajes.
Los personajes en esta novela están ahí por dos motivos. El primero es
porque le dan el ritmo a la novela. Si te das cuenta, cada vez que quiero que
tú como lector conozcas las reglas del mundo sin darte un montón de información,
sitúo a mi protagonista Aiden en un hombre gordo. Debido a su condición física
no puede moverse rápido y eso hace que pase más tiempo sentado reflexionando.
De esta manera, tú, como lector, te sientas igualmente con él a pensar que está
sucediendo.
Cuando necesito moverme y empezar a matar gente sitúo la acción en el
cuerpo de una persona ligera y estúpida que hará todo eso por su propia cuenta.
Uso por tanto a los personajes según el ritmo que quiera darle a la novela en
cada momento. Y luego, en función de su situación familiar, su condición física
y otras cosas me planteo que puede hacer en ese capítulo.
Siempre fue una ingeniería inversa desde el crimen planteado al inicio. Y
todo esto lo iba poniendo con post-its en la pared y cuando tenía todo el
argumento planteado lo pase a una hoja de Excel que tenía qué hacía cada
personaje cada dos minutos del día en la novela. Todos los personajes,
incluidos los secundarios, tenían sus acciones descritas cada dos minutos en el
Excel. Sabía lo que cada uno hacía en cada momento del día.
Por ejemplo, una sirvienta está en la cocina desde las diez hasta las dos
ayudando a hacer la comida. Y de ahí iba para otro sitio concreto. De esta
manera yo podía saber quién iba a hablar con quién, sabiendo lo que sucedería
en función del punto de vista escogido.
Y con toda esta información dibuje el mapa de la casa y los edificios
colindantes que aún tengo en mi pared. El dibujo incluye además líneas con cada
uno de los personajes y donde se encontraban en cada momento. Y así tenía el
argumento, todo lo que tenía que hacer era escribir. Todo este proceso me llevó
en torno a tres meses, tiempo en el que no escribí una sola línea del libro.
Llevo dos años escribirlo. Y unos seis meses de edición. Cada parte de ello
llevó un trabajo inmenso.
En la novela nunca se dice la fecha
en la que suceden los eventos. Hay detalles que hacen que parezca relativamente
moderna pero sin embargo otros la hacen parecer una novela de mediado el siglo
pasado. ¿Fue esta otra decision consciente tuya?
En realidad todo lo que hay en el libro es una decisión consciente mia. Me
llevo tanto tiempo escribir la novela que tuve tiempo para pensar en todo ello.
En la actualidad la mayoría de los libros tienen que salir anualmente lo
que te deja seis meses para escribirlos mientras que el mio me llevo dos años
además de los tres meses de planeamiento. Por ello creo que pensé
conscientemente sobre todo lo que aparece en el libro.
El momento en que sucede la novela no se dice porque, de nuevo, esto sirve
de homenaje a Agatha Christie y sus libros. Y ella escribió sus obras en el
periodo que va de 1920 a 1960. Por lo que pensé que, dado que mi libro intenta
homenajear su legado al completo, por qué no representar todo ese periodo de
tiempo. Tienes anacronismos: carros, antorchas, pero también tienes un teléfono
aunque no funcione, tienes una moto, y también tienes diferentes aspectos
tecnológicos que vienen de distintos periodos. Y con todo ello consigo
confundir al lector haciendo parecer que por momentos se sitúa en los años
veinte mientras que en otros parezca más años cincuenta.
Todo el contenido de la novela buscar dar esa confusión en cuanto al
momento temporal dado que abarca varias décadas. Y creo que a la vez el libro
da cierto sentido porque todos estos anacronismos se sitúan en el mismo lugar.
Aunque creo que simplemente es una cuestión de estilo en la que el libro
homenajea a quien quiere homenajear.
‘Las Siete Muertes de Evelyn
Hardcastle’ es el nombre del libro tanto en España como en Reino Unido. Sin
embargo, en Estados Unidos el libro se llama ‘Las Siete Muertes y Media de
Evelyn Hardcastle’. Aunque puedo ver de dónde viene esta diferencia, ¿Porque el
cambio de título?
No fue decisión mía. En los Estados Unidos, cuando apareció por primera
vez, la editorial decidió mover la fecha de publicación hacia el verano porque
querían darle un empuje más importante desde el punto de vista de marketing. De
esta manera el libro salió seis meses más tarde de lo inicialmente previsto.
Pero en ese periodo, otro libro se publicó en los Estados Unidos llamado
‘The Seven Husbands of Evelyn Hugo’ (Los Siete Maridos de Evelyn Hugo) el cual
parece ser que es un libro fantástico, aunque todavía no lo he leído. A la
editorial le preocupó este título por razones obvias. La editorial pensó que
ese libro podría confundirse con el mío, haciendo que la gente pensara que se
trataba del mismo libro o que hubiera una relación entre ambos. Aunque para mis
oídos ambos títulos son completamente diferentes.
Pasamos entonces tres meses dándole vueltas al título de mi libro y ninguna
de las propuestas encajaba con la idea del título original. La editorial
entonces pensó que añadiendo ese “y media” al título valdría para
diferenciarlos. Y no ha funcionado. Hay una gran cantidad de gente que ha
pensado que incluso los libros formaban parte de una trilogía, otra gente que
ha pensado que mi libro era una secuela del otro. De hecho tengo una persona que
me dijo que había comprado los tres libros: mis dos libros con distinto título
y el que salió antes que el mío pensando que todos ellos eran una trilogía.
No ha funcionado aunque reconozco la intención. Por eso los libros tienen
dos títulos distintos.
Se suele decir que cuando escribes
tu primera novela tienes todo el tiempo del mundo para prepararla. Sin embargo,
si esta resulta un éxito, tanto agentes, editores y editoriales esperan de ti
un segundo libro rápidamente. ¿Cómo está siendo tu experiencia en este sentido
ahora que estás preparando un segundo libro?
Mi experiencia ha sido exactamente la contraria. Yo ya me había presentado
como el escritor que soy. Cuando firme el contrato para los dos libros ya pedí
dos años para escribir el segundo libro, que fue el mismo tiempo que me había
llevado el primero. No tuve problema por ello.
Se habla de la presión de agentes y editores pero lo cierto es que ellos
son voces expertas que buscan tu éxito. Ya le he pasado el segundo libro a mi
editora, quien me lo ha devuelto con anotaciones geniales.
Algo que hice con ‘Las Siete Muertes de Evelyn Hardcastle’ es que cuando
termine de escribirlo estuve tres meses sin leerlo y luego volví a ello, lo leí
y vi lo que había hecho mal. Ahora tengo una editora que hace ese trabajo en
dos semanas. Ella va directa al grano, a lo que tengo que cambiar. Para mí todo
eso es algo muy valioso. Y dado que mi primera novela ha vendido tan bien,
ganado premios y ha tenido tan buenas críticas, ha sido todo un éxito para la
editorial. Un éxito en el que invirtieron mucho tiempo. Por eso, me van a dar
el tiempo que necesite. No me van a meter prisa ni yo voy a tener que
retrasarlo continuamente. No entiendo todo esto como presión sino como gente
intentando ayudarme. Y me encanta, no entiendo que no guste.
Esto en cuanto a presión desde el
punto de vista editorial pero, ¿cómo llevas la presión del público y las
expectativas tras la primera novela?
Hay algo de eso y es fantástico. Nunca esperaba que nadie leyese mi primera
novela. Cuando la terminé pensaba que la había hecho demasiado complicada.
Pensaba que había escrito una novela para mí como lector, pero para nadie más.
Esta genial saber que hay gente esperando una segunda novela ahí afuera y
que quieren comprarla el primer día que salga. Vender siete libros ya no es una
preocupación. Eso es genial.
En cuanto a la presión, me encanta sentirla. Me gusta la idea de saber que
ya no escribo un libro para que no lo lea nadie, sino que hay gente que tiene
expectativas en ello. Eso me fuerza a no vaguear cada día. En fin, esta genial.
¿Alguna recomendación de algún libro
que hayas leído para los lectores del blog?
‘Circe’, de Madeline Miller. Es el mejor libro que he leído en los últimos
dos años. Es fantástica. Está escrito maravillosamente bien. La idea es genial,
el personaje es muy rico e interesante. Es simplemente brillante.
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