Picador / Pan McMillan
208 páginas
Seguramente no me
hubiera acercado a Before the Coffee Gets Cold si no hubieran aparecido los
viajes en el tiempo en su sinopsis. Para los que me conocéis un poco o seguís el
blog desde hace ya un tiempo es habitual encontrar novelas donde el viaje al
pasado es una clave del libro y, generalmente, se trata de un subgénero que me
ha deparado unas cuantas alegrías. Este libro es además una traducción de una
novela originalmente escrita en japonés, por lo que el interés tenía un
aliciente añadido.
Before the Coffee Gets Cold es una obra, en cualquier caso, especial. Los viajes en el tiempo que Toshikazu Kawaguchi propone en la novela tienen una serie de particularidades y reglas que bien merece la pena conocer antes de decidirte a hacer el viaje. Todo ello sucede en un viejo bar que no ha cambiado su decoración en los últimos cien años y donde la temperatura se mantiene constante en cualquier periodo del año. A dicho local llegan cuatro clientes para confirmar que esas noticias que afirman que es posible viajar al pasado y revisar acontecimientos ya cerrados son verdad. Sin embargo, pronto descubren que la realidad no es tan ambiciosa.
Before the Coffee Gets Cold es una obra, en cualquier caso, especial. Los viajes en el tiempo que Toshikazu Kawaguchi propone en la novela tienen una serie de particularidades y reglas que bien merece la pena conocer antes de decidirte a hacer el viaje. Todo ello sucede en un viejo bar que no ha cambiado su decoración en los últimos cien años y donde la temperatura se mantiene constante en cualquier periodo del año. A dicho local llegan cuatro clientes para confirmar que esas noticias que afirman que es posible viajar al pasado y revisar acontecimientos ya cerrados son verdad. Sin embargo, pronto descubren que la realidad no es tan ambiciosa.
Lo primero es que nada de lo que hagas durante el viaje temporal
afectara al presente. No hay nada que evite que hagas algo desafortunado, pero
ninguna de tus acciones cambiará el presente cuando vuelvas a él. Para poder
viajar en el tiempo debes sentarte en un asiento concreto, no vale otro. Un
asiento que, por otra parte, esta habitualmente ocupado por un fantasma que una
vez al día lo deja libre para ir al baño.
Hay un tiempo límite para estar en el pasado: lo que tarda el café en
quedarse frío. Para ello hay diversas formas de controlar que el tiempo no se
te vaya de las manos y termines convirtiéndote en un fantasma y nunca volver a
tu presente. Ah, y en el pasado solo podrás encontrarte con alguien que haya
estado en el bar en alguna ocasión, algo que nuestros protagonistas no siempre
recordaran a ciencia cierta.
La novela se presenta en forma de cuatro historias cortas, una por
personaje, que acuden al local para confirmar lo que se anuncia y viajar al
pasado con objeto de poder hablar con ese ser querido que marchó, que ya no los
recuerda o que ya no está con ellos. Cada uno aceptará las normas a su manera y
las historias personales de cada uno de los personajes marcan claramente el
transcurrir de cada uno de sus relatos. Los personajes que regentan el local
añaden cierta profundidad a las tramas, siendo ellos quienes explican las normas
existentes a los nuevos clientes.
Una vez presentadas las reglas lo cierto es que la novela se centra
mucho más en el aspecto emocional. Esto quizá pueda ser algo decepcionante si
buscar algún tipo de paradoja temporal o pico de tensión en la historia. Before
the Coffee Gets Cold es, en este sentido, una historia claramente más
emocional que emocionante.
Before the
Coffee Gets Cold se ha publicado en ingles en traducción del
japonés original. Esto explica que algunas expresiones o párrafos no tengan las
estructuras o expresiones que podría utilizar un autor original inglés. No sé
si es cosa de la traducción o que en el original estaba escrito de esta manera,
pero lo cierto es que la lectura a ratos me ha parecido algo simplona y básica en
sus descripciones.
En definitiva, he pasado un buen rato leyendo esta curiosa novela. Before
the Coffee Gets Cold me ha gustado porque es directa, sencilla, y cada
historia te va aportando matices a las reglas que rigen el viaje en el tiempo
del local protagonista del libro. Literariamente me ha resultado simple y la última
historia me ha parecido algo ya redundante con todo lo que habíamos visto en
los tres primeros capítulos. Sin embargo, los personajes secundarios y descubrir
las características de los viajes en el tiempo me han resultado lo
suficientemente interesantes como para recomendar esta breve lectura.
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