Orbit Books
400 páginas
Sally Jansen es la comandante de una misión a Marte que termina con la
muerte de uno de los astronautas que la acompañan. Aunque no culpada de manera
directa y pública, finalmente Sally deja la NASA en aras de una vida tranquila
y poder seguir mirando los cielos con la ilusión con la que los observaba con
anterioridad. Sin embargo, los recuerdos de lo sucedido en aquella misión la
atormentaran toda su vida. La NASA deja de enviar naves al espacio y la carrera
espacial es cosa del pasado.
Veinte años después un enorme objeto alienígena entra en el sistema solar
dirigiéndose directamente hacia la Tierra. En la NASA las alarmas se encienden rápidamente
y, contrarreloj, ponen en marcha toda la maquinaria para enviar una nave al
objeto y establecer un primer contacto para conocer sus intenciones. En contra
de la opinión de muchos de los expertos de la organización Sally Jansen es
propuesta para que vuelva a enfundarse la escafandra y dirija una misión que
bien podría ser suicida.
David Wellington es un conocido y prolífico autor norteamericano que ha
publicado más de una decena de novelas en los últimos quince años, cuando logró
dar el salto a la publicación tradicional. La saga de zombis que lo dio a
conocer, ‘Monster Island’, llego a ser incluso publicada en castellano por
parte de Minotauro en pleno momento de ebullición del género. Su revisión de
seres venidos del más allá lo llevo también a publicar una colección de novelas
sobre vampiros que igualmente vio la luz por parte de la misma editorial hace
ya unos cuantos años. En inglés, Wellington también se ha animado con los
hombres lobo y con la ciencia ficción, además de numerosas historias cortas que
han sido publicadas en distintas revistas.
‘The Last Astronaut’ es una novela de ciencia ficción que bebe de numerosas
influencias, muy actuales en su mayoría, pero con pequeñas referencias a
algunos clásicos del cine de ciencia ficción. La novela se presenta narrada por
un observador que relata todo lo que ha sucedido en base a los testimonios de
los protagonistas reales de la historia. Es frecuente, por ello, encontrarse
pequeños trozos de opinión de algunos de los personajes incrustados en medio de
la narración. Algo que, desde mi punto de vista, no aporta nada relevante a la
historia y que se ve refutado cuando estos van desapareciendo según la novela
avanza.
La novela es una historia de primer contacto, de cómo los humanos llegan a
este objeto y lo que allí encuentran. Al mismo tiempo, Wellington nos presenta
cómo podría ser la exploración espacial en un futuro próximo y que no difiere
demasiado del que conocemos salvo por la mayor presencia de empresas privadas
enviado sus propias naves tripuladas al espacio. El primer capítulo de ‘The
Last Astronaut’ nos cuenta el accidente en el que se ve envuelta Sally Jansen,
la protagonista, veinte años a cuando suceden los acontecimientos de la novela.
Inmediatamente después vienen los momentos de descubrimiento del objeto,
intento de establecer contacto y, finalmente, la decisión de enviar una misión
tripulada hasta el objeto. Este último punto es el que ocupa tres cuartas
partes del libro.
No hay nada extraordinario ni novedoso en esta novela. Wellington coge
referencias a ‘Contact’ en el primer tramo de la novela cuando los humanos
intentan establecer comunicación. Después lo mezcla con un poco de ‘Alien’ en
los primeros momentos en los que los humanos llegan a la nave (no es difícil de
averiguar como será esta referencia), un poco de ‘Arrival’ al comunicarse con
el ser alienígena y, finalmente, un poco de ‘Annihilation’ en el paisaje que
encuentran dentro del objeto que han ido a investigar.
El batiburrillo es entretenido y la novela se lee rápido y con interés, principalmente
hasta el 75% de la misma. La novela apuesta buena parte de su emoción en como
los personajes, principalmente Sally, van a ser capaces de lidiar con lo que
van a encontrar en la nave, cómo serán sus reacciones y, en su caso, como lo
ocurrido en el pasado puede afectar las decisiones que quiera tomar veinte años
después. En este sentido, la novela cubre expectativas. Es en el último tramo
de la historia cuando un buen puñado de diálogos y decisiones bastante
inexplicables, así como un final en la última página completamente hilarante me
sacaron un poco de una historia, hasta ese momento, muy divertida.
Recomiendo ‘The Last Astronaut’ para pasar una lectura de primer contacto
entretenida. Es una novela que va directamente al grano en buena parte de su
narración. Es solo al final cuando todo se va al traste (a todos los niveles) y
la obra desfallece dejando un sabor de boca que no hace justicia a todo lo
leído en las trescientas páginas anteriores. Lo que tengo muy claro es que
David Wellington buscaba una novela que pudiera ser adaptada a la gran
pantalla fácilmente, y creo que con ‘The
Last Astronaut’ lo ha conseguido.
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