Ferran Varela
Editorial El Transbordador
374 páginas
Uno de los libros que más expectativas me generaba para este 2019 es ‘El Arcano y el Jilguero’. Algo inaudito cuando piensas que hace poco más de medio año su autor, el barcelonés Ferran Varela, era un nombre que apenas me sonaba lejano de un par de relatos publicados en otras tantas antologías editadas por Mariano Villarreal. La publicación de su primera novela corta a finales de 2018, ‘La danza del Gohut’, sin embargo, nos sorprendió a muchos con una propuesta de fantasía perfectamente escrita y medida que cuenta, además, con una gran cantidad de temas que el autor coloca sobre la mesa para atraer al lector durante sus poco más de cien páginas.
La novela tiene veintitrés capítulos más un epilogo, ninguno de una
extensión más allá de las veinte páginas. Y no exagero cuando digo que cada uno
de ellos tiene una entidad propia. Son capítulos construidos de una manera tan
estudiada que podríais leer cualquiera de ellos y sentiros dentro de ese mundo
en apenas unos cuantos párrafos. Esto me ha resultado muy importante cuando,
para mi gusto, la trama se ralentiza en exceso pero, sin embargo, hacían que
tuviera interés en continuar leyendo para poder saborear una historia casi auto
conclusiva en cada capítulo.
Uno de los libros que más expectativas me generaba para este 2019 es ‘El Arcano y el Jilguero’. Algo inaudito cuando piensas que hace poco más de medio año su autor, el barcelonés Ferran Varela, era un nombre que apenas me sonaba lejano de un par de relatos publicados en otras tantas antologías editadas por Mariano Villarreal. La publicación de su primera novela corta a finales de 2018, ‘La danza del Gohut’, sin embargo, nos sorprendió a muchos con una propuesta de fantasía perfectamente escrita y medida que cuenta, además, con una gran cantidad de temas que el autor coloca sobre la mesa para atraer al lector durante sus poco más de cien páginas.
‘El Arcano y el Jilguero’ cuenta la
historia de Mezen el Ariete, un personaje cuyo oficio es servir al imperio
rindiendo ciudades cuya resistencia al emperador suponen un problema para los
batallones imperiales desplegados durante largo tiempo. Thien Seedven quiere
dominar todo el continente de Hann y las islas cercanas, y poco o nada le va a
parar en pos de conseguir su objetivo. Su actitud tiránica lo lleva a cometer
innumerables atrocidades en los pueblos y ciudades que conquista. Mezen, por su
parte, es un despiadado torturador quien, sin embargo, guarda oscuras
intenciones para con el emperador que lo emplea. Sin embargo, hasta que el
momento planeado llegue, su labor no debe resentirse y a lomos de su caballo o
de cualquier otro medio recorre todo Hann doblegando ciudades que parecían
imposibles hasta el momento.
Cuando termina con una de estas misiones y mientras va camino de su
siguiente objetivo se topa en violentas circunstancias con Nara, una huérfana
de guerra que se desvela como el peso que intentara equilibrar la balanza moral
de Mezen. Un Mezen que, por otra parte, se muestra como un personaje variable,
capaz de cometer las más crueles atrocidades a las puertas de las ciudades con
tal de minar la moral de combatientes y, poco después, debatirse moralmente
sobre su vida, su actividad y el porqué de los crímenes que comete. Una
moralidad que se transmite al lector con continuas idas y venidas sobre sus
decisiones y cómo afectan al personaje, con quien empatizaremos o no en
diversas ocasiones.
Si habéis llegado hasta este punto no os puedo dejar de recomendar leer el
capítulo de avance que se puede encontrar aquí y que la editorial El
Transbordador inteligentemente ha ofrecido como adelanto. Un primer capítulo
que va a hacer que os compréis el libro inmediatamente. Uno de los capítulos de
arranque más potentes que he leído en largo tiempo.
Como decía, la historia principal de ‘El Arcano y el Jilguero’ se centra en
seguir las andanzas de Mezen por buena parte de Hann. Por cada camino, pueblo,
taberna y cruce iremos conociendo muchas de las leyendas, mitos, religiones y
deidades que han hecho que este continente sea lo que sea y tenga la diversidad
que tiene. Unos viajes, por otra parte, a veces lentos, a veces extremadamente rápidos.
Uno de los detalles más destacables de la novela es la capacidad de Ferran para
crear con pequeños matices toda una cultura e historia detrás de un puñado de
casas sin aparente relevancia. Para aquellos que juguéis a videojuegos, muchas
veces he tenido la sensación de que cada uno de estos puntos del mapa bien
podrían ser el origen de un montón de misiones secundarias con las que
recrearse durante un buen puñado de páginas y, en ningún caso, hacérseme
pesado.

Al igual que en ´La Danza del Gohut´ el texto está muy cuidado. La historia
se cuenta en primera persona por parte del propio Mezen utilizando un lenguaje
antiguo muy acorde al mundo medieval en el que se nos sitúa. La novela tiene
guiños a la profesión del propio escritor, abogado, con numerosas referencias a
procesos, tribunales o múltiples referencias a la justicia de algún tipo. He de
decir en este caso que me han resultado chocantes aunque aún no estoy
convencido para bien o para mal. Simplemente a veces me sorprendía ver
personajes de un mundo medieval preocupándose por la justicia de uno u otro
mientras las cabezas rodaban sin piedad. También encontraremos, por ejemplo, un
importante número de referencias directas o indirectas a la influencia de la religión
en el ser humano o los distintos procesos de migración de personas o ciertas políticas
para evitar crear nichos culturales.
‘El Arcano y el Jilguero´ tiene, sin embargo, alguna cosa que no me ha
terminado de convencer. Y es que una vez cerradas las páginas del volumen me ha
quedado con la sensación de haber leído unos personajes interesantes
moviéndose por un mapa fantástico (en ambos sentidos de la palabra), pero con
una historia principal que no está a la altura de mis expectativas. Sí, es
cierto que el personaje tiene que ir del punto A al B y por el camino le
suceden cosas. Pero A y B apenas aparecen un capitulo cada uno entre los
veintitrés del libro lo que hace que el final de la aventura de Mezen y Nara
por Hann apenas me haya interesado como lo hacían las diferentes subtramas que
tenían lugar en los pueblos y ciudades por los que iban pasando. Se trata, para mi gusto, de una novela de personajes y escenario más que de trama por sí misma, algo
que no seguramente no es el del gusto de todos.
Mención aparte merece la edición que la editorial El Transbordador ha
llevado a cabo para la publicación de ‘El Arcano y el Jilguero´. Estamos, sin
duda, ante un volumen de tamaño superior al habitual, con unas cubiertas y
solapas que, siendo blandas, son significativamente más duras de lo estándar y
con una rugosidad y colores muy atractivos para quien lo coja en sus manos. No
tengo dudas de que, de primeras, llamará la atención. El texto, por su parte, tiene
alguna pequeña errata o palabra ausente que no me han entorpecido la lectura.
Llevo mucho tiempo intentando huir del tan mencionado hype. Pero no puedo evitar caer en el hype que yo mismo me generé con la anterior obra de este escritor.
Ferran Varela ha conseguido con su primera novela completa una obra de fantasía
oscura y cruda que me ha merecido cada una de las horas que le he dedicado. Un
completo viaje a lo largo de un fantástico mapeado al que una historia
principal más potente y profunda la hubiera hecho sumar esa última estrella que
reservo para novelas que recomendaría por los tiempos de los tiempos. Las
expectativas, por tanto, se mantienen intactas.
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