Reseñas breves de cómic #20


UN OCÉANO DE AMOR
Wilfrid Lupano (guión) y Grégory Panaccione (arte)

Reservoir Books
240 pags
24,90€


No es habitual encontrarse con cómics sin diálogos. Su viabilidad comercial seguramente tenga mucho que ver para que no lleguen muchos libros de este tipo al circuito comercial habitual. “Un océano de amor” es un voluminoso tomo que, efectivamente, no contiene ningún texto por parte del guionista Wilfrid Lupano para apoyar los dibujos de Grégory Panaccione. Más de doscientas páginas en las que, todo sea dicho, no se echa en falta en ningún momento ninguna explicación.

“Un océano de amor” cuenta la historia de un matrimonio. Él sale aún de noche a pescar junto a un compañero. Ella se queda en casa esperando a que vuelva. Sin embargo, una de esas noches, él no regresa lo que hace que ella entre en acción y decida comenzar su búsqueda. Pronto, el compañero de viaje de su marido aparecerá en el pueblo en una balsa salvavidas y dando detalles de su situación, ante lo que ella se embarca en un ferry a un destino indicado por una especie de bruja a la que ha pedido ayuda.

El tomo es absolutamente maravilloso. No solo no es necesario ningún tipo de texto, sino que me costaría ver esta historia, tal y como está planteada, con cualquier tipo de bocadillo o párrafo explicativo. Por si la emoción del propio relato no fuera suficiente, asistiremos a toda una declaración de principios por parte de los autores: el abuso de la pesca por parte de grandes corporaciones que están agotando el mar, el choque cultural entre las personas de pequeños pueblos comparados con las grandes (o no tan grandes) ciudades, la reivindicación de las viejas costumbres como manera de afrontar situaciones del presente, etc.

Toda una lección que viene avalada por un premio FNAC 2015 y que resulta toda una gozada visual y argumental. El único reproche que se puede hacer a “Un océano de amor” es que la lectura es rápida, como si de una película se tratara, por lo que la duración del tomo puede ser corta para lo que vale el volumen. Sin embargo, lo cierto es que son más de doscientas páginas por casi veinticinco euros, lo cual está dentro del precio de mercado habitual.



LAS MIGAJAS
Ibn Al Rabin (guión) y Frederik Peeters (dibujo)
(Traducción de Lucía Bermúdez)

Astiberri
72 pags
14€


Somos muchos los que, hace unos cuantos años, caímos en las redes de Frederik Peeters con la publicación de “Píldoras Azules” por parte de Astiberri. Desde entonces cada una de sus publicaciones rápidamente llega a nuestro país con notable éxito mientras todos sus seguidores damos de palmas sin rechistar en ningún momento. Desde hace algún tiempo, Peeters se ha centrado en la ciencia ficción pero, como sabemos, no siempre su carrera se ha orientado a ese género, tal y como se ve en este pequeño volumen que llego hace unos meses a las librerías.

“Las Migajas” es una de sus primeras obras al dibujo en la que el guion corre a cargo de un para mi desconocido Ibn Al Rabin. La historia se centra en un tren que, por decirlo de alguna manera, es secuestrado por parte de un grupo de personajes ciertamente peculiar: un barón, un conde, unos siameses y una rubia sin más importancia que lucir palmito por los vagones. Todos ellos quieren cambiar el rumbo del tren para que desviarlo hacia la capital de Liechtenstein pero, ¿Cómo hacer que un tren cambie de destino?

Esta obra es una sucesión de delirantes situaciones y de ridículas acciones que, en un inicio, me despertaron cierta gracia. Sin embargo, pronto el tebeo se convierte en un sinsentido con el que en ningún momento llegue a conectar ni enganchar. La mayor parte del volumen se centra en una eterna persecución por parte de unos forajidos de este tren que únicamente una especie de flautista de Hamelín será capaz de terminar gracias a su ya conocido poder. Solo el dibujo de Peeters, así como el color blanco, negro y dorado son un atractivo para quien se acerque a un tomo que tengo la sensación de que ha pasado algo desapercibido. Ahora entiendo el porqué.

Comentarios

  1. Un océano de amor es maravilloso, sin ni una palabra consiguió arrancarme un lagrimilla con el tierno matrimonio. Un abrazo^^

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