Audrey Niffenegger
(Traducción de Silvia Alemany)
(Traducción de Silvia Alemany)
Grijalbo
602 pags
21€
Los viajes en el tiempo podrían considerarse
un subgénero dentro de la ciencia ficción al cual, sin embargo, apenas me había
adentrado hasta hace poco tiempo. Fue hace casi un año que me dio por leer “Volver
a Empezar”, de Ken Grimwood. Como hablé en su momento, la novela narra la
historia de un hombre que, una vez muerto, vuelve a revivir su vida desde un
punto determinado una y otra vez. Sin embargo, pronto descubrirá que sus
vueltas a la vida no se producen siempre en el mismo momento. Una fabulosa obra
que fue seguida de la lectura de “Las primeras quince vidas de Harry August”,
de Claire North. Ya comenté en su momento mis excelentes impresiones que aun a día
de hoy mantengo y gracias a la cuales decidí indagar y comenzar con “La mujer
del viajero en el tiempo”.
La primera obra escrita por la
norteamericana Audrey Niffenegger nos presenta a Clare y Henry, la pareja a la seguiremos
desde su juventud y que, lejos de su aparente normalidad, guardan un secreto difícilmente
creíble y confesable: Henry es un viajero en el tiempo. Una alteración genérica
provoca que, sin quererlo, viaje a un momento impredecible. Puede ser el pasado
o el futuro de su línea temporal pero, en cualquier caso, esto producirá encuentros
consigo mismo, con futuros amigos o con la que será su esposa en el futuro (o
en su presente, depende cómo lo veamos), Clare.
“La mujer del viajero en el
tiempo” explora un buen número de posibilidades y sucesos que pueden derivarse
de viajar en el tiempo y conocer lo que sucederá en el futuro. Las repentinas desapariciones
de Henry en su presente provocarán más de un problema y el hecho de que en cada
viaje deje atrás la ropa que pueda llevar puesta le conllevará algún disgusto
tanto en el origen como en el destino de su viaje. A lo largo de la lectura descubriremos
que este problemático detalle es toda una preocupación para Henry. Por su
parte, Clare tiene que afrontar estas volatilizaciones con la mayor de las
resignaciones, sin saber en qué momento o estado volverá y justificando su
ausencia con la mejor de las caras.
Y aunque hasta este momento podríamos
decir que este sorprendente debut es una novela de ciencia ficción, lo cierto es que apenas se
trata de una disculpa para contar una peculiar e intensa historia de amor. “La
mujer del viajero en el tiempo” es el transcurrir de la vida de Harry y Clare
que, más allá de estos problemas, saldrán con amigos, irán al cine, a
restaurantes, a conciertos e, incluso, intentarán ser padres con los problemas
hereditarios que la genética de Harry puedan provocar. Seremos participes de
todos y cada uno de los momentos de sus vidas, los mejores y los peores. A
Clare la conoceremos desde su infancia gracias a los viajes de Henry y a éste
lo veremos sufrir intentando no contar nada a nadie de lo que sepa de su futuro
y aspirando a poder solucionar su problema por la vía científica.
Reconozco que el primer tercio de
la novela, cuando apenas éramos testigos de retazos de las vidas de uno u otro, anécdotas que aun no formaban un conjunto,
y cuando la novela apenas se había asentado, me resultaba algo pesado continuar
con la lectura. Se trata en un inicio de una serie de episodios entre ambos que
no parecen guardar relación. Sin embargo, solo me hizo falta un pelín de
paciencia para terminar de verme inmerso en una apasionante historia de amor donde
las piezas encajaban con exactitud. Una relación cuyo sino será superar las mil
y una piedras que la situación de Henry genera.
Dicho todo esto, lo cierto es que
recomiendo encarecidamente la lectura de “La mujer del viajero en el tiempo”. Tanto
los lectores de ciencia ficción que hayan disfrutado con alguna de las novelas
anteriormente mencionadas, así como aquellos lectores de narrativa generalista
ávidos de emociones diferentes pero sin alejarse de algún tópico de lo
romántico podréis disfrutar de una novela emocionante. Una novela que, como la
vida misma, engloba diversión, crueldad, tristeza, risas y amor a partes iguales
y de la que no es descartable que se os pueda escapar una pequeña lagrima al
pasar la última página.
Vamos en la misma línea, esta la tengo en la pila junto con "Q" de Evan Manderly. Tras tu reseña la subiré unos puestos en la misma :D
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