"Cacahuete", de Darío Vilas

Título: "Cacahuete"
Autor: Darío Vilas
Páginas: 144
Editorial: Editorial Base


Menos de un año después de la publicación de su última novela, "El tiempo como enemigo", el vigués Darío Vilas repite de la mano de Editorial Base con una arriesgada apuesta como es la de este "Cacahuete". Arriesgada no en cuanto a la calidad, cantidad o características del contenido, el cual, como veremos posteriormente, es excelente y digno del mejor fruto seco. Lo valiente del lanzamiento lo encontramos en que la mayor parte de su interior procede de "Absurdario", una colección de relatos que apareciera de manera muy limitada hace unos pocos años de la mano de la editorial Sven Jorgensen.

Para "Cacahuete" Darío recupera aquellos textos, de diversa longitud, dándolos una pincelada y revisando uno a uno de manera que, por un lado, reflejen de manera mas exacta las cualidades literarias y la experiencia ganada desde su escritura original y, por otro, que los lectores que tuvieron la oportunidad de hacerse con uno de aquellos escogidos ejemplares encuentren un aliciente lo suficientemente atractivo como para acercarse a degustar cada uno de estos cacahuetes de la misma manera que lo hacemos quienes no la tuvimos.

¿Qué encontramos en esta antología? 140 páginas con veintidós relatos, de cuatro o cinco páginas en su mayoría, longitud rota principalmente por uno de los cuentos más recientes: "Es algo", que supera la veintena de páginas. Y en lo personal puedo decir que se trata de una de las antologías de cuentos con la que mas he disfrutado en estos últimos tiempos, sobre todo cuando me alejo de los géneros que mas frecuento habitualmente y en los que "Cacahuete" no forma parte de ellos.

A lo largo de las páginas de este libro nos vamos a encontrar con temáticas muy diferentes, algunas más sutiles, otras mas evidentes, pero con plena actualidad a pesar de que muchos de ellos lleven tiempo escritos. Supongo que hay temas que nunca dejan de estar, desgraciadamente, en el candelero del día a día. Por no ir más lejos podría poner como ejemplo el inicial "23 centímetros", que en apenas cuatro páginas nos cuenta la vida de un nigeriano tras su llegada a España en un barcaza. "Me queda el bote de champú a la fruta" es una descarnada crítica al consumismo, utilizando para ello a un par de chavales a los que la noche se tuerce. Sin embargo, a la mañana del día siguiente, un mera ducha volverá a poner el contador a cero. Otro caso similar puede ser "La reunión": un breve texto que contiene a mi parecer varias lecturas también orientadas a esto que comentaba, eso a pesar de contar con menos de una página para ello.


En "Cacahuete" hay hueco para relatos cercanos al realismo sucio que ya vimos en anteriores obras de Darío Vilas. Se me ocurre que "Es algo" guarda mucho de ese género. También hay hueco, quizá de lo que más, para el terror. Un terror humano, como el que nos puede suponer un pasillo oscuro como el de "El pasillo" que refleja de manera muy cercana algo tan sencillo como es ese elemento que casi todos tenemos en nuestras casas y que puede suponer un reto en algunas circunstancias. Lo sobrenatural, o al menos la intención de ello, también se deja ver en "Chispas", relato ubicado en Lantana, evidente referencia a obras previas del escritor vigués. No puedo dejar de recomendar la lectura de "Caballito" o "Entra tú", que siendo muy diferentes entre sí, te mantienen en tensión a lo largo de su corta lectura o, como colofón mas distendido: "Wimpy", un relato absolutamente para cinéfilos y que cuenta con Hitchcock como protagonista secundario de lujo.

"Cacahuete" esconde, tras su aterciopelada corteza, veintidós magníficos relatos de géneros muy diversos pero con un atractivo indudable en todos ellos. Un lanzamiento muy personal, alejado en mayor parte de lo que hemos conocido sobre Darío Vilas en sus novelas más largas (entendiendo "largas" como el autor suele entenderlas, apenas doscientas páginas) y que, quien sabe, pueda suponer un pequeño punto y aparte de su carrera literaria. En lo que a mi respecta, la lectura de esta fantástica antología ha sido la mejor manera de pasar una tarde de domingo. Al contrario que al protagonista de uno de los relatos, no me hicieron falta champús para mejorar esta impresión.

Comentarios