Autor: Stephen King
Páginas: 864
Páginas: 864
Editorial: Plaza & Janés
Cuando hace unos pocos
años salio a la venta en castellano "22/11/63", su
argumento me pareció tan interesante que no pude reprimir las ansias
de comenzar su lectura. Toda una novela de viajes en el tiempo a
cargo de uno de los escritores mas reconocidos a nivel mundial,
Stephen King, era suficiente motivo para dar inicio a mas de
ochocientas páginas de paradojas y giros inesperados. Sin embargo,
recuerdo que en aquel momento lo tuve que dejar pasadas poco mas de
cien páginas. No era lo que esperaba.
"22/11/63" es,
claramente, una novela que cuenta un viaje en el tiempo. Bueno, en
realidad son varios viajes en el tiempo, pero quien lea la obra
entenderá que podríamos dejarlo en uno principal. Sin embargo,
pronto descubrimos que tanto o mas importante que este hecho es la
plasmación sociopolítica de la época, lo que inicialmente choca con
aquello que personalmente esperaba.
En la obra, Jake Epping,
profesor de ingles en uno de los institutos de Maine, es abordado por
Al, el dueño del restaurante de hamburguesas más frecuentado y de
más éxito de la zona (gracias, entre otras cosas, a sus precios,
algo que queda explicado posteriormente), para hacerle una propuesta
que cambiará la vida del personaje e, incluso, la del mundo al
completo: viajar a través de una especie de puerta de su despensa al
pasado, concretamente a 1958, para terminar aquello que él no pudo
acabar por culpa de su grave enfermedad. Esto no es otra cosa que
evitar que Harry Lee Oswald acabe con la vida del presidente JFK en
su visita a Dallas a finales 1963.
Esta paradoja cambiaría
por completo el presente que ambos están viviendo. La experiencia del
dueño del local viajando atrás y adelante en el tiempo hace que
nuestro protagonista tenga varias lecciones aprendidas de antemano.
Por ejemplo: siempre que lo desee puede volver a la actualidad a
través del mismo lugar por el que accede al pasado. Al hacerlo,
aquello que haya modificado habrá alterado, con casi total
seguridad, algunos de los eventos que hubieran podido suceder a lo
largo de las décadas, por lo que muchas cosas podrían diferir son
sus recuerdos. Eso sí, cada vez que vuelva al pasado, todo se
reinicia, y las nuevas acciones que realice solaparan las
consecuencias que tuvo el anterior viaje. Como curiosidad, cada viaje
solo supone dos minutos de tiempo actual, por mucho tiempo que se
mantenga en el pasado.
La novela es todo un
compendio de posibilidades y paradojas temporales que podrían suceder
y, en algún caso, suceden. Stephen King hace todo un ejercicio de
repaso a (casi) todas las complicaciones que a cualquiera de nosotros
se nos hayan podido ocurrir sobre modificar el pasado y volver al
presente. Y lo hace añadiendo una historia larga y detallada hasta
el extremo. Y es que el viaje de Jake Epping al pasado se recrea con
pormenores, sin dejar aparentemente nada al aire, en una absoluta
estampación histórica del final de los años cincuenta e inicios de
los sesenta que mezcla las referencias sociales, con sus conflictos y
reivindicaciones, con lo político y la elección de JFK como
presidente a finales de 1961.
Como añadido, George
Amberson (alter ego en el pasado de Jake Epping) tiene que lograr
subsistir en una época en la que no existe documentación sobre su
persona, por lo que cualquier encuentro o problema institucional y
delictivo le podría acarrear consecuencias casi definitivas para él
y su futuro. Durante su estancia en el pasado se enamorará de Sadie
Dunhill, lo que condicionará a su vez los acontecimientos y su
misión principal, que no deja ser otra que seguir a Harry Lee Oswald
y conseguir averiguar si se trató todo de una conspiración o, por el
contrario, fue efectivamente él quien acciono el gatillo que acabase
con la vida del presidente.
Y, al contrario de lo que
podría suceder a lo largo de sus casi novecientas páginas, la novela
no se me hizo larga. A excepción de la propia historia de amor,
estirada cual chicle hasta el final y cuyo fin último es abrir el abanico de paradojas en la mente del protagonista, todas las lineas argumentales
sobre el libro (y os aseguro que no son pocas), centraron mi interés
de manera equitativa. Ya sea en lo referente al espionaje hacia
Oswald, como el tema de las paradojas temporales, los problemas de
documentación o las tentaciones a volver adelante en el tiempo y
volver a cruzar el portal para volver, nuevamente, a cambiar las
cosas. "22/11/63" es, en definitiva, todo un detallado
cuadro de los EEUU entre el 1958 y 1963 que, dándole las doscientas o
trescientas páginas iniciales de margen, consigue atrapar al lector
hasta un final al que merece la pena llegar y cerrar el círculo.
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