Autor: Darío Vilas
Páginas: 168
Editorial: Editorial Base
Páginas: 168
Editorial: Editorial Base
El autor vigués Darío
Vilas lleva un año 2015 que no para. A la publicación de la
antología "Girando en Simetría" (Tyrannosaurus Books)
hace unos meses, se suma la obtención del premio Nocte 2014 a mejor
obra de terror publicada con "El hombre que nunca sacrificaba
las gallinas viejas". Ambas comparten un mundo, el de la isla de
Simetría, que queda apartado en esta nueva obra, la cuarta en
solitario, y que se suma a la lista de notas dignas de mención de
este año del que apenas aun vamos por la mitad. ¿Quedará alguna sorpresa por su parte?
En "El tiempo como
enemigo" Darío cambia de escenario viajando a su tierra
natal, Vigo, para contarnos una historia que si bien puede parecer de
terror se encuentra algo alejada de ello, al menos en lo más
evidente. Todo comienza poco después del accidente de tren en la
fatídica curva de A Grandeira en Santiago aquel 24 de Julio de 2013 que todos recordamos.
A lo terrible del acontecimiento se suma la recepción poco antes del
suceso de un misterioso mensaje en el móvil del protagonista,
Carlos, que indica que el tren lleva algo de retraso pero por lo
demás todo marcha bien. Este texto, recibido en ese momento se
mezcla con la misteriosa desaparición de la novia de Carlos lo que
finalmente le lleva a trasladarse a Vigo con la esperanza de
encontrar respuestas a las innumerables preguntas que le agobian.
Allí encontrará a los
otros dos personajes principales de la obra: su amigo Raúl, con
quien comparte una sociedad de venta de productos... sospechosos
cuanto menos, y Dena, la chica portuguesa con quien finalmente
acordará el alquiler del piso donde se quedará durante este tiempo.
Podría incluir como personaje principal a Almudena, la niña
fantasma que habita el inmueble y que pronto se erigirá como pilar de
los sucesos que tendrán lugar en "El tiempo como enemigo".
Su parte, contada en segunda persona, lo cual inicialmente te deja
algo dubitativo pero pronto comienza a funcionar, se intercala entre
los trapicheos de Raúl y Carlos para vender nuevas formulas dentro
de su pequeña empresa y que, porqué no, también guarda una pequeña
gran crítica social, además de ir descubriendo poco a poco a una Dena misteriosa, escurridiza, y cuya forma de ser deja a los protagonistas algo descolocados.
La ejecución de la
historia que Darío nos propone apenas tiene grietas y la información
que se le ofrece al lector es la misma que al protagonista, lo que
nos produce tanta sorpresa como al propio Carlos. Sí se puede echar
en falta alguna parte antes del tramo final con emociones más
fuertes. Sin embargo, "El tiempo como enemigo" se muestra
como una novela destinada a sembrar el mal rollo entre los personajes
y el lector, que sabe que continuamente sobrevuela un misterio y un
fantasma que no termina de explotar hasta los últimos capítulo de
una obra, por otra parte, cuenta con apenas 160 páginas y un pequeño puñado
de personajes.
Darío cambia de tercio
entre la violencia de sus últimos viajes a Simetría y los zombis de
sus primeras obras cerrando una obra que cuenta con una apasionante
lectura pero, también, una recomendable segunda pasada que termine
por afianzar las fichas que hemos unido en un inicio. Fantasmas,
cadáveres, productos cosméticos, tragedias, misterios... un
compendio que le ha servido además para vender los derechos de una
posible futura película basada en "El tiempo como enemigo".
Un tiempo que no es enemigo, sino bendición, para Darío Vilas.
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