"El guardián invisible", de Dolores Redondo

Título: "El Guardián Invisible"
Autor: Dolores Redondo
Páginas: 440
Editorial: Destino

Uno de los grandes éxitos literarios en nuestro país en estos últimos años ha sido la llamada "Trilogía del Baztán". "El guardián invisible" es la primera entrega de dicha saga que poco a poco ha ido ganando adeptos hasta el punto de rezar en la portada de la tercera y última parte aquello de "Más de 400.000 lectores...". Una cifra en ningún caso despreciable en los tiempos que corren y donde muchas veces el producto nacional esta en desventaja con respecto a las grandes campañas de promoción internacionales.

"El guardián invisible" se vende allá donde consultes como una novela negra. Un libro de investigación, de detectives y testigos buscando al asesino de unas menores en las riberas del río Baztán, situado en Navarra. Sin embargo, no tendremos que leer muchas páginas para descubrir que hay algo más detrás, tanto a nivel familiar donde la protagonista tendrá que lidiar con muchos problemas que vienen del pasado como a nivel de costumbres y leyendas del valle, con seres mitológicos a menudo recurrentes en las conversaciones y relatos de los vecinos del lugar y que llevan a pensar que la resolución final pudiera ser de carácter fantástico.

La opinión final de esta novela depende, en gran medida, de las expectativas que tengas en el momento de ponerte a su lectura. Como decía anteriormente, si te adentras a ella como una novela negra de estructura más bien clásica, que en el fondo es como se anuncia a bombo y platillo, es muy probable que acabes ciertamente decepcionado. Este ha sido mi caso.

El caso policial en sí, la serie de crímenes y su investigación resultan interesantes en la medida que se van sucediendo, manteniendo el interés con la suficiente fuerza como para llegar hasta el final. Un final que, como no podía ser de otra manera, sorprende hasta la última página. Sin embargo, no son pocos los impedimentos hasta llegar hasta dicho punto.

En primer lugar, la trama familiar. Esa especie de culebrón que aparece de manera continuada haciendo mella en la protagonista, Amaia Salazar, y que se estira innecesariamente durante cientos de páginas alternadamente con algunos flashbacks. Las reacciones de sus allegados resultan tan llamativas que nos lleva al segundo de los problemas más llamativos: los personajes. Si bien el grueso de la novela se centra en Amaia, la gran mayoría de secundarios que aparecen en "El guardián invisible" resultan inverosímiles a todas luces. Véase el marido, James, que debe tener horchata fluyendo por sus venas. O, más a nivel global, el pueblo de Elizondo en su conjunto, cuya rutina no se ve en absoluto alterada a pesar de la muerte de varias niñas. Cuesta creerlo.

Con todo ello, mi opinión de la novela no es ni mucho menos entusiasta. El punto de partida es interesante, y el transcurrir de la trama policial es lo suficientemente atractivo como para llegar hasta el final, pero para mi gusto lector, todos los aspectos familiares y amorosos empañan, o al menos dan otro toque, a una novela que no termina de cuajar a pesar de una buena ambientación en un lugar tan interesante como el valle del Baztán.

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