"El Don", de Mai Jia

Título: "El Don"
Autor: Mai Jia
Páginas: 480
Editorial: Destino

Es habitual, y hasta cierto punto comprensible de cara a una estrategia comercial, el vendernos cada poco tiempo un nuevo lanzamiento bajo la etiqueta de "el mayor fenómeno en los últimos años". El exceso de esta expresión tanto en cine, música o libros, ha llevado a que su atracción para el consumidor habitual de estos productos termine siendo menor de la que debiera, provocando en muchos casos un levantamiento de ceja con cara de alucinación ante cada una de sus repetitivas apariciones.

En el caso que nos ocupa, "El Don" viene bajo el gancho de tratarse de "el mayor fenómeno literario de China". Incluso en la web de la editorial se puede encontrar un ciertamente ambicioso "el escritor de mayor éxito del mundo que no podrás parar de leer", avalado por las millonarias ventas de Mai Jia en su país de origen. Al fin y al cabo, es poco habitual encontrar literatura venida de la república popular china traducida a nuestro idioma. Sí está claramente más arraigada la llegada de éxitos y clásicos japoneses, por ejemplo, pero en lo referente a autores chinos todavía nos encontramos, como su propio país, en desarrollo. De ahí, entiendo, la necesidad de llamar la atención de alguna manera.

"El Don" ha sido vendido en nuestro país como un thriller matemático. Esto lleva a engaño en el momento que vas avanzando más y más páginas y descubres que se trata de una novela escrita de manera biográfica sobre un inteligente personaje que una vez ha alcanzado cierta madurez, es reclutado por el departamento de criptografía del servicio secreto chino para ayudar en el desciframiento de los códigos utilizados por el enemigo. Aunque pueda parecer que la velocidad del relato aumentará hasta una desenlace explosivo, el resultado es prácticamente el contrario.

Al mismo tiempo que habitualmente asociamos a las personas orientales como gentes tranquilas e inalterables ante sucesos que escandalizarían a, por ejemplo, un europeo, "El Don" muestra igualmente esa vertiente del carácter oriental. Se trata de una novela tranquila, donde todo se va sucediendo sin apenas inmutarnos, y donde los personajes que son entrevistados y gracias a los que vamos conociendo los detalles de la vida del protagonista, Rong Jinzhen, nos relatan poco a poco, impasibles, las desgracias y aciertos del personaje en cuestión. Por otra parte, el narrador de la obra aporta a lo largo del texto su opinión acerca de la información que va recabando, incluyendo al final del mismo una réplica de la información que aparece en cierto objeto de interés a lo largo del libro, y cuya desaparición provoca una consternación que resultará vital para el devenir final de la obra.

En cierta manera, "El Don" puede decepcionar al tratarse de un libro de ritmo contenido, muy alejado de las costumbres occidentales de llevar este tipo de obra a una sinsentido de acción y velocidad. Si dejamos eso de lado y aceptamos la manera oriental de tratar los temas, más centrada en las emociones y menos en la necesidad de que ocurran cosas, se trata de una lectura que atrapa a lo largo de su no demasiado larga extensión, aunque no termina de darnos lo que parece ir prometiendo a lo largo de las páginas, donde se alternan tramos de interés para el porvenir de Rong, con otras de detalles superfluos que aportan contexto, pero no avance real. Un libro diferente que según las expectativas con que lo cojas tendrás mejor o peor sensación final.

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