Título: "Asterix y los Pictos"
Guión: Jean-Yves Ferri
Dibujo: Didier Conrad
Páginas: 48
Editorial: Salvat
Esta no es una obra cualquiera
en la larguísima trayectoria de Asterix y Obelix. Nada menos que en el número
treinta y cinco de esta larga colección ambos galos van a ver como la autoría
de sus aventuras cambian de manos, cediendo Albert Uderzo su labor a dos
autores de cierto renombre en el cómic europeo como son Jean-Yves Ferri y
Didier Conrad.
Del primero conocemos muy de
cerca en nuestro país las colaboraciones con Manu Larcenet. En concreto hace
unos años pudimos ver algunos tomos de la saga de “El retorno a la tierra”, una
divertida historia que pudimos disfrutar gracias a la editorial Bang. Ahora,
con el auge que seguro tendrá el guionista quizá tengamos la oportunidad de ver
nuevos trabajos en castellano del autor. En el caso del dibujante, Didier,
personalmente lo conozco menos, pero he podido ver que en su bagaje se encuentra
haber trabajado con Lucky Luke además de la conocida revista Spirou. Ambos
tienen la difícil tarea de encauzar nuevamente a nuestros galos favoritos,
generando nuevas historias como la que nos trae entre manos, así como las que
en un futuro tendrán que abordar.
En “Asterix y los Pictos”
vamos a viajar junto a Asterix y Obelix a Escocia, tierra de leyendas, de donde
proviene Mac Loch, un personaje que aparece congelado en las costas galas, y
que gracias a Panoramix y sus formulas podrá hablar y contarles de donde viene así como la razón por la que ha terminado tan lejos de su origen. Una vez en tierras escocesas, como podréis intuir,
viviremos situaciones variopintas con la mezcla de galos, romanos y escoceses,
y donde continuamente leeremos gracias sobre tradiciones de aquellas tierras o
personajes que a día de hoy se han quedado en el imaginario de todo el mundo.
“Asterix y los Pictos” es una historia
sencilla, conservadora, aunque se perdona este aspecto a Jean-Yves por ser su
primera aventura con estos protagonistas. Eso sí, creo que todos le exigiremos
algo más de valentía a la hora de afrentar futuras entregas y ofrecernos algo más
que lo que ya suponemos. El dibujo es, para mi gusto, la parte más notable de la obra,
ya que Didier es capaz de lograr hacernos olvidar al Uderzo de los mejores
tiempos, con un trabajo fabuloso y detallista que gustará a los
fans de toda la vida.
Una buena obra, que no
excelente, que abre una etapa que esperemos nos de muchas alegrías en el
futuro. De momento, parece que en 2015 veremos nuevas aventuras de nuestro
galos favoritos.
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