Título: "El arte sombrío"
Autor: Juan de Dios Garduño
Páginas: 256
Editorial: Dolmen
Hace dos meses comentaba el buen
sabor de boca que me había dejado el compendio de relatos gratuitos de terror
que, con motivo del día del libro, Juan de Dios Garduño había puesto a
disposición de todos sus seguidores. En aquel momento también hacía mención a
la próxima aparición de “El arte sombrío”, la nueva novela del autor andaluz
que iba a servir para inaugurar la colección Stoker dentro de la editorial
Dolmen. Dicha colección se ampliará en breve con nuevos volúmenes a cargo de,
entre otros, Víctor Conde.
Sin embargo, estas futuras
entregas las dejaremos para otra ocasión ya que en este punto toca centrarnos
en “El arte sombrío”, novela enfocada principalmente al terror y a los miedos
más humanos y que tiene lugar en la localidad de curioso nombre en castellano
Maringouín. Será en este municipio de pocos miles de personas donde tenga lugar
el desarrollo del libro íntegro, sirviendo de centro neurálgico para
desarrollar a contrarreloj una investigación para identificar al asesino de un cadáver
aparecido en el cercano pantano de Atchafalaya, así como la muerte de una
señora mayor de origen alemán (que extraño queda lo de “vieja alemana” en la sinopsis
oficial). A contrarreloj, porque dos amenazas se ciernen sobre el lugar. Una,
la del huracán de categoría cuatro que está a punto de alcanzar el terreno y,
otra, la del Comercial, nombre otorgado al asesino en serie que el FBI lleva
buscando desde hace un tiempo y que podría estar actuando por la zona.
Tanto en entrevistas que he ido
leyendo por internet como en las propias primeras reseñas aparecidas salen
dos nombres como referencia para esta novela, ambos acertados: Twin Peaks y
True Blood. De la primera mención se puede extraer el argumento de partida
aunque luego diverja, así como la descripción de la vida social de un pueblo
con personajes llevados al extremo, mientras que de la actual serie vampírica
nos quedamos con ese ambiente sórdido, y que ya se nos ha quedado grabado en nuestra
mente, de las zonas sureñas de los EEUU. Con todo ello, Juan de Dios teje una
historia de novela negra escabrosa donde decenas de personajes de Maringouín cobran
importancia, cada uno a su nivel, para presentarnos un lugar poblado por
personas con diversas creencias, paranoias y problemas a nivel individual de
toda índole: dueños de gasolineras con tendencias conspiranoicas, alcaldes con
más de un secreto oculto, mujeres con pasados criminales, etc.
Esta es una de las características
novedosas de “El arte sombrío” con respecto a anteriores obras de Juande. Si en
“Y pese a todo” o “El camino de baldosas amarillas” teníamos apenas dos o tres
personajes principales, muy claros e identificables por el lector, aquí tenemos
muchísimos más. Cada uno con su nivel de importancia, pero la multitud de
nombres y protagonistas que aquí aparecen en poco más de doscientas páginas suponen
un cambio importante, siendo mucho más complicado para el lector llegar a
identificarse de una manera tan profunda que con, por ejemplo, el entrañable Torcuato
de su novela previa.
No es esto óbice para disfrutar
de una lectura ágil, entretenida y repleta de detalles que se termina en un
suspiro aprovechando hasta la última página. Visto con globalidad, casi todos
los personajes se pueden considerar “estrellas invitadas” de otros libros,
series de televisión o películas que forman parte de la cultura de estas dos
últimas décadas, que Juan de Dios junta en una novela que, aunque bastante diferente a sus
obras previas, mantiene el nivel que nos viene mostrando en estos años, esta vez cambiando de registro.
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