NADIE PUEDE OÍR TUS GRITOS
Víctor Blázquez
4 / 5 ⭐
Cada vez que sale una nueva novela de Victor Blázquez, sé que necesito los dos o tres días posteriores casi libres para poder dedicarle horas a su lectura. Comenzar a leer cualquier de sus libros es saber que te estás metiendo en una historia que te atrapa, te coge por el cuello, te da una paliza y luego te suelta derrotado al suelo. Y encima, lo disfrutas.
Con un argumento que, en la superficie, puede parecer muy simple (unos polis haciendo un trabajo sucio llevando un paquete de un punto A al B) Blázquez vuelve a ponernos ante un gran número de personajes. Un par de docenas de nombres con los que rápidamente entramos en situación y conocemos sus historias.
Stephen King siempre ha sido una gran referencia en la escritura del autor y creo que esta es una de las que más se acerca. Esta novela introduce perfectamente a este numeroso grupo de personajes para luego dejarlos al libre albedrío en apenas dos lugares, uno cerrado y otro abierto, donde transcurre gran parte de la trama.
‘Nadie puede oír tus gritos’ es una frenética historia con un elemento fantástico que tarda en aparecer pero que, cuando lo hace, no deja títere con cabeza. Nuevamente he estado unos días que no podía dejar de pasar sus páginas dejando otras lecturas de lado y eso es algo que no me ocurre tan habitualmente. Seguramente no sea mi novela favorita del escritor, pero no está muy lejos de los puestos s de privilegio.
Con gran tristeza leo en redes sociales al autor confirmar que esta será presumiblemente su última novela publicada. Sigo a Víctor desde que publicó la primera entrega de la saga de zombis El Cuarto Jinete y creo haber leído prácticamente todo lo que ha publicado (salvo algunos relatos). Aunque las historias de zombis hace tiempo que están más que muertas, hay un puñado de autores que dieron un salto de calidad a aquellas novelas que llegaban a toneladas cada mes. Uno de ellos, sin duda, fue y es Victor Blázquez.
Espero que esta novela llena de adrenalina no sea un adiós sino un hasta luego.
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